El gobierno de Santa Fe resolvió flexibilizar el aislamiento social, preventivo y obligatorio instaurado debido a la pandemia de coronavirus, permitiendo nuevas actividades en todo el territorio provincial, con excepción de los aglomerados del Gran Rosario y el Gran Santa Fe.
De esta manera, en la mayoría de las ciudades santafesinas se podrán llevar adelante obras privadas con un máximo de cinco trabajadores simultáneos, actividades de comercio minorista y mayorista, mudanzas, ejercicio de profesiones liberales, y el servicio de peluquería, manicuría y podología.
En cuanto al Gran Rosario y el Gran Santa Fe, el gobierno ya inició las gestiones antes la Nación para que se tomen en cuenta los buenos números que viene arrojando toda la provincia (tuvo un solo caso en nueve días y Rosario ya no tuvo nuevas infecciones en ese período) y permita realizar nuevas tareas en los grandes aglomerados en el marco de la cuarentena.
El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, resaltó que los «avances en controlar el pico» de contagios por el Covid-19 «permite analizar actividades nuevas en el mapa de la provincia de Santa Fe».
Pero remarcó que para las nuevas excepciones se partirá en dos el mapa provincial: por un lado los grandes aglomerados de más de 500 mil habitantes y por el otro el resto de la provincia.
«En el resto de la provincia vamos a comenzar una vinculación directa con los centros comerciales y municipios y comunas, para ir hablando de la implementación a partir del miércoles de actividades del comercio mayorista y minorista, mudanzas a través de fletes y empresas autorizadas, actividades inmobiliarias, ejercicio de profesiones liberales, las obras privadas de hasta cinco trabajadores (albañiles, ceramistas, mosaiquistas, plomeros, gasistas, etcétera), y peluquería, manicuría y podologia», indicó el mandatario en la comunicación que ofreció esta noche.
Insistió en que las nuevas actividades permitidas se podrán implementar «en todas las localidades de la provincia a excepción del Gran Rosario y el Gran Santa Fe», y que tras las reuniones que mantendrá mañana con intendentes, jefes comunales y representantes de entidades gremiales empresarias, el miércoles podrían iniciarse algunas de los trabajos que ahora estarán permitidos.
Remarcó que «los intendentes serán responsables de las acciones de control en base a los protocolos de cada una de esas actividades», y destacó también que deberán implementarse horarios desdoblados: «En la mañana se realizarán actividades bancarias, administración pública, pagos y oficinas con las profesiones liberales; por la tarde se realizará el comercio. La idea es no juntar mucha gente y no generar aglomeraciones».
Llamó también a no relajar las medidas de seguridad, como la distancia social, el lavado de manos y el uso del barbijo. «La conducta de cada uno va a definir cómo seguimos adelante», remarcó, y aseveró: «Si en algún momento se enciende una luz amarilla habrá que volver atrás, eso significaría volver a suspender actividades».
Remarcó que la ciudad de Rafaela «está finalizando su etapa de circulación en conglomerado», por lo que «no tendrá un tratamiento y un resguardo distinto, va a poder sumarse al resto de las localidades» con las nuevas excepciones.
Perotti afirmó que el Gran Rosario y el Gran Santa Fe podrían sumar algunas excepciones si la Jefatura de Gabinete nacional acepta el pedido que fue elevado desde la provincia. «Iniciamos ante las autoridades nacionales el pedido de empezar a realizar algunas actividades dados los buenos números», remarcó, además de confirmar que solicitaron «al jefe de Gabinete que obras privadas menores puedan también desarrollarse en los grandes aglomerados, así como mudanzas e inmobiliarias».
«La jefatura de Gabinete sigue teniendo el control sobre aglomerados de más de 500 mil habitantes», destacó.
La secretaria de Salud de Santa Fe, Sonia Martorano, aclaró más tarde que el pedido a la Jefatura de Gabinete se resolverá «como mínimo en una semana» y que, en caso de contar con el aval nacional, los cambios en Gran Rosario y Gran Santa Fe podría empezar a implementarse en siete días o quizás quince.